Diosas de las Sombras
"Grandes enigmas y misterios de la humanidad"
Mitología, hechicería, literatura, historia, arte, ciencia y filosofía.


Diosas de las Sombras es un portal gótico que va en búsqueda de la investigación de aquellos grandes enigmas y misterios de la humanidad.

En este blog podrás encontrar noticias e información sobre filosofía, psicología, arte, literatura, arqueología, ciencia, mitología y muchas cosas más...


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Cielo Líquido (1982)


Cielo Líquido (titulada originalmente Liquid Sky) es una película estadounidense de bajo presupuesto producida y dirigida por Slava Tsukerman que, antes de hacer esta película, tuvo una exitosa carrera como director de cine documental y en la televisión en la URSS y en Israel. 

La película fue estrenada en el Festival de Cine de Montreal en agosto de 1982 y fue bien recibida en varios festivales de cine a partir de entonces. Se convirtió en la película independiente más exitosa de 1983 ganando en total $ 1.7 millones en los primeros meses de su lanzamiento. 

Para algunos esta película es una de las peores de la historia, para otros, una auténtica obra de arte. A pesar de ser una película de bajo presupuesto con un guión absurdo, actores poco dotados y diálogos imposibles, milagrosamente logro tener un resultado excepcional. Desde los primeros minutos la película te mantiene expectante debido a la estética flúor, su música visionaria y el  montaje psicotrópico que presenta. Cielo Líquido tenía todas las papeletas para ser un chiste malo pasado de moda pero sin embargo, el tiempo la ha convertido en una película de culto en la escena del post-punk y de la new age.

Lo curioso de esta película es que la actriz Anne Carlisle encarna los dos papeles principales interpretando a Margaret y Jimmy, dos modelos adictos al sexo y a las drogas. El transformismo es espectacular, sin duda uno de los puntos fuertes es el maquillaje en la película junto a la estética del resto de los personajes que van peinados, vestidos y maquillados a la moda del momento. El colorido es impactante, los desfiles y sesiones de fotos en los que participa la protagonista reflejan a la perfección las tendencias más arriesgadas de la época, a la vez que nos describe un Nueva York que jamás volverá.

 A nivel técnico, los efectos especiales son bastante rudimentarios pero le dan a la cinta una estética fascinante a base de luces de colores hipnóticas que representan a seres extraterrestres y de cadáveres desapareciendo en un stop motion tan rudimentario como efectivo.  En ocasiones la película se nos antoja como una videocreación de Pop art y en otras nos parece un videoclip de 112 minutos. La banda sonora, de Brenda Hutchinson y Clive Smith, fue creada íntegramente con el primer sintetizador digital de la historia, el  Fairlight CMI. Las canciones que acompañan la película crean una atmósfera contundente, electrizante y repetitiva que, al igual que en el caso de la estética, aportan una idea muy precisa de las predicciones que en los ochenta se hacían sobre el futuro. 


Kurt Cobain: About a Son (2006)



  Kurt Cobain: About a Son es una película documental sobre el músico Kurt Cobain, inspirada en las horas que habló con el periodista Michael Azerrad, que posteriormente plasmó en su libro Come As You Are: The Story of Nirvana.

Este documental fue dirigido por A. J. Schnack y producido por la compañía Sidetrack Films, y estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Este documental ha sido reproducido en varios festivales de cine, y fue nominado para los premios Independent Spirit's Truer than Fiction Award de 2007. El documental consta con el audio de la entrevista que Michael Azarrad le realizó a Kurt Cobain.

Lo que podemos apreciar de este documental es que el mismísimo líder de Nirvana se convierte en narrador excluyente. Es un documental intimista que va desglosando de manera pausada su propia historia: su infancia, sus primeros pasos en la música, su primer concierto, el encontronazo con la fama, entre otras cosas.


El Vasa, un humillante naufragio

El 10 de agosto de 1628 era un día hermoso en Estocolmo (capital de Suecia). La ciudadanía abarrotaba los muelles del puerto, ya que después de tres años de construcción, el grandioso buque real Vasa iniciaba su viaje inaugural para unirse a la armada sueca.

No se trataba de un barco de guerra común y corriente. Obedecía a los deseos del rey Gustavo II Adolfo Vasa, quien pretendía que fuera el más poderoso del mundo. Hay quienes afirman que ordenó instalar la una segunda batería de cañones, al enterarse de que los daneses preparaban una nave con dos baterías, pues pretendía que la embarcación que portaba su apellido no tuviera rival.

La partida tendría que ser una vistosa demostración del poder y esplendor del monarca. El precio del navío, que contaba con 64 cañones y estaba decorado con más de setecientos ornamentos y esculturas, superaba al 5% del producto nacional bruto de Suecia. Esta potente máquina bélica y exhibición artística flotante probablemente era entonces el barco más glorioso jamás construido. No es de extrañar que lo aclamaran con orgullo a su paso por las dársenas de Estocolmo.

Pero sin embargo, el Vasa no había recorrido ni siquiera una milla cuando una fuerte ráfaga de viento lo hizo escorar. Así, al inclinarse a un lado, entró agua por las troneras de la línea inferior de los cañones y se fue a pique, tras un viaje inaugural que tal vez haya sido el más corto de la historia naval hasta entonces conocido.

Los espectadores quedaron consternados. Ya que se había hundido la gloria de la armada sueca, pero no por los estragos de un combate o una violenta tempestad en alta mar, sino por una simple ráfaga de viento en su propia bahía. El abatimiento creció  al saberse que habían muerto cincuenta tripulantes. De orgullo nacional, el Vasa pasó a convertirse en un sinónimo de decepción y deshonor.

Se formó un tribunal para descubrir al culpable de esta humillante catástrofe, pero no se incriminó a nadie, probablemente porque el testimonio implicaba al soberano y al segundo oficial más importante de la armada sueca, el vicealmirante Klas Fleming.

Las demandas del monarca habían llevado a los constructores a experimentar con diseños que no conocía bien, de modo que el navío resultó sumamente desproporcionado. Poco antes de producirse el vuelco, el vicealmirante Klas Fleming había realizado una prueba de estabilidad, en la que treinta hombres corrieron en bloque de un lado a otro de la embarcación. Al cabo de tres carreras, el vicealmirante se percató de que el barco se volcaría allí mismo si continuaba con la prueba. De modo que la detuvo, pero no canceló el viaje inaugural. Al estar implicados tan ilustres personajes como el rey y el vicealmirante, se retiraron los cargos.

Entre 1664 y 1665, un ex oficial de la armada sueca logró recuperar la mayoría de los cañones del navío valiéndose de una simple campana de buzo. El Vasa fue cayendo en el fango a más de 30 metros bajo la superficie.

En agosto de 1956, tras haber permanecido en el fondo del mar, casi olvidado por más de 300 años. Un arqueólogo aficionado llamado Anders Franzén se valió de un extractor de muestras de sondeo para sacar del fondo un trozo de roble. Llevaba años examinando documentos antiguos y explorando el lecho marino en busca del Vasa, y por fin lo había hallado. En una delicada operación de salvamento se extrajo la embarcación del fango y en una sola pieza, se lo llevó cuidadosamente hasta una dársena.

El 24 de abril de 1961, el Vasa fue expuesto en el muelle de Estocolmo, pudiéndose notar su evidente conservación. La razón de tal aspecto es justificable ya que era un navío nuevo cuando se hundió y que el lodo sirvió de conservante. Además las tarazas (moluscos que comen la madera) no proliferan en aguas con poca sal.

Según los expertos el Vasa llevaba 120 toneladas de lastre que debería haberse utilizado más del doble de ese peso para mantener la estabilidad, pero no había espacio para tanta carga. Además, el peso adicional hubiera acercado más al agua las portas de los cañones inferiores. Aunque el aspecto del navío era impresionante, los defectos de equilibrio vaticinaban el desastre.


El fantasma de la ópera (1925)


El fantasma de la ópera (titulado originalmente como The Phantom of the Opera) es una película muda de 1925 dirigida por Rupert Julian. Es considerada como la primera adaptación cinematográfica de la novela homónima de Gastón Leroux, aunque la primera fue una versión sueca de 1916 que se la considera pérdida.

La película trata sobre un hombre llamado Eric que vive como un fantasma, escondido en el edificio de la Ópera de Paris. Fue un gran cantante, y todavía conserva su maravillosa voz, pero un accidente le desfiguró hasta el punto de convertirlo en un monstruo. Encerrado en su mundo, Eric se enamora de Christine Daeé, una joven soprano a la que él considera todo un valor futuro para la música. El fantasma trabaja desde la sombra para convertirla en una estrella, pero  enloquece de celos cuando la joven cantante se compromete con un rico vizconde.


El estudiante de Praga (1926)



El estudiante de Praga (titulada originalmente en alemán Der Student von Prag) es una película muda de 1926 del actor y director de cine Henrik Galeen. La película es una versión de El estudiante de Praga (1913), y es considerada como la película más importante de Galeen desde El Golem (1915).

El equipo de esta película implicó algunos nombres famosos como el del diseñador Hermann Warm y el director de fotografía Günther Krampf. Y también de los actores Werner KraussConrad VeidtDagny Servaes, Leni Riefenstahl y Elizza La Porta.

La película trata sobre un estudiante llamado Balduin, que es mejor espadachín de Praga, pero siempre le falta de dinero. Un día se enamora de una mujer de una clase superior, pero para poder llegar a tal meta deberá someterse al juego de un extraño hombre llamado Scapinelli. Quien le presta una gran suma de dinero a cambio de la imagen de Balduin en el espejo. Aunque Balduin sube de posición social y logra cortejar a la joven, no logra deshacerse de la carga que lo impone el pacto con Scapinelli.


Las manos de Orlac (1924)



Las manos de Orlac (titulada originalmente en alemán Orlacs Hände) es un película muda dirigida por Robert Wiene y protagonizada por  Conrad VeidtAlexandra Sorina y Fritz Kortner. La trama de la película está basada en la novela Les Mains d'Orlac del escritor francés Maurice Renard

Lo interesante de esta película es que cuando se estrenó en la primavera de 1924 el público austriaco quedó tan impresionado por ella que al final se empezaron a escuchar gritos de enojo. El principal actor, Conrad Veidt, tuvo que subir al escenario para explicar cómo se había hecho la filmación para lograr que se calmaran.

Las manos de Orlac aborda el fenómeno al que Sigmund Freud había denominado como “lo siniestro”. Para el “Umheimlich” o “lo siniestro” es una presencia inexplicable, ajena y terrorífica en tanto que invade nuestra “intimidad”. Es decir, su presencia se nos hace familiar aunque no es parte de nosotros.

Esta película trata sobre un pianista famoso llamado Orlac que pierde ambas manos en un accidente. Los médicos deciden transplantarle las manos de Vasseur, un asesino condenado a muerte. La operación es un éxito, pero desde ese momento el pianista comienza a verse embargado por impulsos criminales. Tiene pesadillas y ve el rostro de un hombre que cree que es Vasseur. 


El Golem (1920)



  El Golem (titulado originalmente en aleman Der Golem, wie er in die Welt kam) es una película muda alemana de 1920 dirigida por Carl Boese y Paul Wegener. Y basada en la novela homónima del austriaco Gustav Meyrink.

Según el folclore medieval y la mitología judía, un golem es un ser fabricado a partir de materia inanimada. La palabra se usa en la Biblia (Salmos 139:16) y en la literatura talmúdica para referir algo en estado embrionario o incompleto.

La película trata sobre un conde Floriano que decreta la expulsión de los judíos de Praga. Entonces, el rabino Loew crea un coloso de barro al que da vida mediante un conjuro. El rabino y el Golem visitan al emperador para solicitar la anulación del decreto. Pero el gobernante se niega, tras lo que el palacio empieza a derrumbarse como castigo de los dioses. El Golem sujeta los muros, tras lo cual el emperador se disculpa ante los judíos como agradecimiento. Pero antes de que el rabino destruya al coloso, su ayudante le ordena que mate a Floriano quien, como él, está enamorado de la hija del rabino.


Ménilmontant (1926)



   Ménilmontant es una película muda estrenada en 1926, escrita y dirigida por Dimitri Kirsanoff, quien uso el nombre de un barrio de París para titularla.

Considerado como uno de las películas precursoras del realismo poético francés y del neorrealismo italiano, prescinde los diálogos y narra toda la historia mediante imágenes y sin la necesidad de recurrir al uso de intertítulos explicativos.

La dirección de Dimitri Kirsanoff fue realmente sorprendente en cada parte de la película, destacando particularmente un aspecto buen técnico. Ménilmontant es una mezcla de drama, película experimental y vanguardista, con ciertas dosis de hiperrealismo.

El director muestra una poderosa imaginación y férreo control narrativo, empleando imágenes emocionantes, brillantes; imágenes que enfatizan una truncada de una infancia feliz, mostrando además la dualidad y los peligros de la gran ciudad. Sin olvidarse de la tristeza de las dos huérfanas

Podemos considerar a Ménilmontant como un asombroso trabajo artístico, poseedor de un sorprendente y experimental estilo, todo ello al servicio de una trágica y triste historia, una  película perturbadora y con un brillantemente equilibrio.


Nosferatu, una sinfonía del horror (1922)



 Nosferatu, una sinfonía del horror (titulada originalmente Nosferatu, eine Symphonie des Grauens) es una película muda de terror rodada en 1921 y estrenada en 1922. Fue dirigida por F. W. Murnau, un máximo exponente del expresionismo alemán en el cine.

A pesar de que F. W. Murnau quiso realizar una adaptación cinematográfica de la novela Drácula, de Bram Stoker, no pudo hacer que su estudio lograse obtener los derechos de la historia. De modo que se decidió filmar, en forma no autorizada, su propia versión de la novela y cambiando los nombres de los personajes de la historia original.

La película trata sobre un empleado de una compañía inmobiliaria en Wismark, quien su jefe, al recibir una extraña carta escrita con símbolos que reconoce como del Conde Orlok, envía a Hutter a los Cárpatos para concretar la venta de la casa. Hutter se hospeda en una posada en la cual menciona que se dirige a ver al Conde Orlok. Todos los presentes se aterran de sólo escuchar el nombre del Conde y tratan de convencerlo de no ir. Hutter encuentra en su cuarto un libro sobre vampiros el cual tilda de supersticioso, pero que mantiene consigo como material de lectura. Al día siguiente parte hacia el castillo.


La intolerancia religiosa de María Tudor

María Tudor de Inglaterra
En 1516 en una Inglaterra católica romana nace María Tudor, única hija sobreviviente del rey Enrique VIII y Catalina de Aragón, su primera esposa, quien la crió como ferviente católica. Enrique VIII deseaba un heredero varón, pero Catalina no se lo dio. Como el Papa no quiso anular el matrimonio, el rey obró por su cuenta, y su acción preparó el terreno para la Reforma protestante en Inglaterra. Se casó con Ana Bolena en 1533, cuatro meses antes de que el arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer, anulara su primer matrimonio.

Al año siguiente, Enrique VIII cortó, desafiante, todos los lazos que le unían a Roma y fue declarado cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra. María Tudor, considerada entonces ilegítima, nunca volvió a ver a su madre, pues a Catalina la obligaron a vivir confinada los últimos años de su vida.

Durante los siguientes trece años se dio muerte a algunas personas que no reconocieron a Enrique VIII como cabeza de la Iglesia o que aún aceptaban la autoridad papal. Enrique murió en 1547, y le sucedió su único hijo varón legitimo, Eduardo VI, de solo 9 años de edad, que le había dado a luz la tercera de sus seis esposas. Eduardo VI y sus consejeros intentaron hacer de Inglaterra un país protestante. Se persiguió a los católicos romanos por practicar su religión, y se despojaron las iglesias de imágenes y altares.

Se levantaron al poco tiempo las restricciones que pesaban sobre la lectura de la Biblia en inglés, y se dispuso que los servicios religiosos en los que se leían las Escrituras que debían oficiarse solo en inglés, no en latín. Pero en 1553, Eduardo VI murió de tuberculosis cuando solo tenía 15 años. Entonces María Tudor, a quien se la consideraba una legitima sucesora, se convirtió en reina de Inglaterra.

Al principio, la nueva soberana, de 37 años, fue acogida con entusiasmo por el pueblo, pero no tardó mucho en perder su popularidad. Sus súbditos se habían acostumbrado al protestantismo, y ella estaba resuelta a que su reino volviera a ser católico romano. Ya que cuando se convirtió en reina, María Tudor dijo que se casaría con su primo Felipe II, heredero del trono español. Un rey extranjero y un ferviente católico romano, lo último que deseaban muchos ingleses. El levantamiento protestante organizado en contra del matrimonio fracasó, y 100 rebeldes fueron ejecutados. Felipe II y María Tudor se desposaron el 25 de julio de 1554, aunque a Felipe II nunca se le coronó. La reina no tuvo hijos, lo que la afligió mucho, pues deseaba un heredero católico romano para su reino.

Durante su reinado se derogaron todas las leyes religiosas de Eduardo VI, y María Tudor pidió perdón al Papa en nombre de la nación. Inglaterra era nuevamente católica romana.

La reconciliación con Roma dio lugar a una nueva ola de persecución contra los protestantes. Se les comparaba a un forúnculo maligno que debía extirparse para que no afectara a todo el cuerpo. A muchos de los que no quisieron aceptar las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana se les quemó vivos en la hoguera.

La primera victima mortal que se tiene registro del reinado de María Tudor fue John Rogers, compilador de la llamada Matthew`s Bible, que constituyó la base de la Versión del Rey Jacobo. Tras pronunciar un sermón contra la Iglesia Católica Romana, en el que prevenía contra el papismo pestilente, la idolatría y la superstición, se le encarceló durante un año y en febrero de 1555 se le quemó en la hoguera por herejía.

John Hooper, obispo de Glonucester y Worcester, también fue catalogado de hereje. Manifestó que era lícito que el clero se casara y que era permisible divorciarse por adulterio. Negó, además, que Cristo estuviera físicamente en la misa. A John Hooper lo quemaron vivo; su horrible agonía duró casi tres curtos de hora. Cuando le llegó el turno de morir en la hoguera al predicador protestante Hugh Latimer, de 70 años de edad, animó a Nicholas Ridley, también reformador y compañero suyo en el suplicio, con las siguientes palabras:

Tened valor, señor Ridley, y portaos varonilmente. Hoy, por la gracia de Dios, encenderemos en Inglaterra una llama tan ardiente que, confío, nunca será apagada.

Se condenó asimismo por herejía a Thomas Cranmer, primer arzobispo protestante de Canterbury durante los reinados de Enrique VIII y Eduardo VI. Aunque había abjurado de sus creencias protestantes en último momento cambió públicamente de postura, acusó al Papa de ser enemigo de Cristo y metió la mano derecha en las llamas para que fuera lo primero en quemarse, pues con ella había firmado sus retractaciones.

Si bien hubo al menos 800 protestantes acaudalados que huyeron al extranjero, durante los siguientes tres años y nueve meses hasta la muerte de la reina María Tudor. Por lo menos 277 personas murieron en Inglaterra quemadas en la hoguera. Muchas víctimas fueron gente común que no sabía a ciencia cierta qué creer. Los jóvenes se habían criado oyendo que se acusaba al Papa, y ahora eran castigados por hablar en su contra. Otros habían aprendido a leer la Biblia por su cuenta y se habían formado sus propias opiniones religiosas.

A mucha gente la horrorizó la lenta y terrible muerte en la hoguera de hombres, mujeres y niños. Según los datos históricos era muy frecuente que la leña con que se alimentaba el fuego estuviera verde o que los juncos estuvieran demasiado húmedos para arder rápidamente. Las bolsas de pólvora que estaban atadas a las victimas para acortar su agonía no explotaban, de modo que se podía oír sus gritos y oraciones, muchas veces hasta el mismo momento de su muerte.

Cada vez más personas empezaban a dudar de una religión que tenía que quemar a la gente para imponer sus enseñanzas. Una oleada de compasión por las victimas fomentó una composición de baladas sobre los mártires protestantes. John Foxe comenzó a recopilar su Book of Martyrs, que entre los reformadores protestantes iba a gozar de casi tanto prestigio como la mismísima Biblia. Muchos que eran católicos romanos en los inicios del reinado de María Tudor se hicieron protestantes cuando este llegaba a su fin.

La salud de María Tudor se deterioró, falleció a los 42 años de edad tras un corto reinado de tan solo cinco años. Fue a la tumba amargada. Su esposo se había cansado de ella, y la mayoría de sus súbditos la odiaban. Cuando murió, muchos londinenses celebraron fiestas en las calles. En lugar de restablecer el catolicismo romano, lo que consiguió con su fanatismo fue fomentar la causa protestante. Su legado se resume bajo el nombre por el que se la conoció como “María la Sanguinaria”.

Pero a pesar de todo también los protestantes fueron igual de intolerantes. Cuando se estuvo bajo el reinado de Enrique VIII y de Eduardo VI, también se quemaba a la gente por sus creencias religiosas. Incluso la sucesora de Maria Tudor, la reina protestante Isabel I, decretó que la práctica del catolicismo romano se considerase delito de traición, y durante su reinado se ejecutó a más de 180 católicos romanos ingleses. Durante el siguiente siglo murieron por causa de sus opiniones religiosas cientos de personas más.


Una página de la Locura (1926)



  Una página de la Locura (titulado también A Page of Mandess, Kurutta ippêji o 狂った一頁) es una película muda japonesa del genero surrealista y dramático del director de cine Teinosuke Kinugasa, realizada en 1926. Estuvo perdió durante 45 años, hasta que un día fue redescubierta por Teinosuke Kinugasa en su almacén en 1971. La película formo alguna vez parte del producto de un grupo de vanguardistas de artistas en Japón conocidos como el  Shinkankaku-ha (en español Escuela de Nuevas Percepciones) que intentaron superar la representación naturalista.

La película nos cuenta la historia de un empleado de un hospital psiquiátrico que empieza a sentir cosas extrañas por una interna, supuestamente ingresada tras asesinar a su propio bebé. Pero él lo único que quiere es poder dejarla en libertad, para escaparse con ella y así poder formar una nueva familia. 


El gabinete del doctor Caligari (1920)



 El gabinete del doctor Caligari (titulada originalmente en alemán Das Cabinet des Dr. Caligari) es una película muda de 1920 dirigida por Robert Wiene, a partir de un guion cinematográfico de Hans Janowitz y Carl Mayer.

La cinta es considerada como la primera película expresionista de la historia y una de las películas expresionistas alemanas más influyentes. El expresionismo fue una edad dorada del cine, en donde los mayores representantes fueron: Fritz LangGeorg Wilhelm PabstF.W. Murnau Paul Wegener. El expresionismo influiría luego, por ejemplo, en Alfred Hitchcock.

Esta película es citada como la primera que introdujo la vuelta de tuerca en el cine. Fue una de las primeras películas producidas en los estudios alemanes UFA. Destacan los decorados distorsionados, que crean una atmósfera amenazante, por lo que es considera una de las mejores películas de terror de todos los tiempos.

La película trata de un doctor llamado Caligari famoso en toda Alemania gracias a Cesare, su ayudante. Éste ha estado dormido durante 23 años y se ha convertido en el fiel compañero de Caligari. Ambos llegan al pequeño pueblo alemán de Holstenwall para mostrar su número. Mientras tanto, Francis y su amigo Alan deciden ir hasta allí para ver el impresionante espectáculo del doctor Caligari. Tras el show, Cesare asegura a Alan que morirá antes del amanecer… Sorprendentemente, la profecía se cumple y Alan muere. A partir de este momento, Francis comienza a investigar quién es realmente el doctor Caligari y qué se esconde tras ese extraño espectáculo. 


Un perro andaluz (1929)



 Un perro andaluz (titulada originalmente en francés Un Chien Andalou) es un cortometraje mudo (no fue hasta la versión de 1960 que se incorporaron los motivos de Tristán e Isolda de Richard Wagner y un tango). Fue escrito, producido, dirigido e interpretado por Luis Buñuel en 1929 con la colaboración en el guión de Salvador Dalí, gracias a un presupuesto de 25 000 pesetas que aportó la madre de Luis Buñuel. Fue estrenada el 6 de junio de 1929 en el cine Studio des Ursulines de París (Francia). Posteriormente se exhibió durante nueve meses ininterrumpidamente en el Studio 28 de la misma ciudad.

El rodaje duró quince días. Según lo que refirió Luis BuñuelUn perro andaluz nació de la confluencia de dos sueños. Salvador Dalí le contó que soñó con hormigas que pululaban en sus manos y Luis Buñuel a su vez cómo una navaja seccionaba el ojo de alguien.

Un perro andaluz está considerada como una película más significativa del cine surrealista. Transgrediendo los esquemas narrativos canónicos, la película pretende provocar un impacto moral en el espectador a través de la agresividad de la imagen. Remite constantemente al delirio y al sueño, tanto en las imágenes producidas como en el uso de un tiempo no lineal de las secuencias.

El cortometraje comienza durante una noche clara, en donde un hombre le corta el ojo de una joven mientras una nube pasa delante de la luna. Ocho años después, un ciclista se accidenta en la calle. La misma joven lo socorre y lo besa. En una habitación, el ciclista acosa a la joven. Un incidente callejero los distrae. Un personaje andrógino juega con una mano cortada y es atropellado. El ciclista sigue acosando a la joven. Un “doble” aparece y castiga al ciclista hasta que éste le dispara. Finalmente, la joven sale al mar y se encuentra con otro hombre. En la primavera, los torsos de la joven y de su nuevo acompañante aparecen enterrados en la arena, devorados por los insectos.


La isla que emergió para luego desaparecer

Pintura de un autor británico anónimo
sobre la isla (1831).
El 28 de junio de 1831, la costa occidental de la isla mediterránea de Sicilia se vio sacudida por un fuerte terremoto, que se dejó sentir también en el mar, de modo que hasta hubo quien creyó que su barco había encallado.

Durante los siguientes días, las aguas sicilianas continuaron agitadas. Afloraban a la superficie peces muertos, y se percibía un intenso olor a azufre. Además, se fue depositando piedra pómez en las playas.

El 10 de julio, el capitán Giovanni Corrao, que surcaba el Mediterráneo en su bergantín napolitano Teresina, contempló un cuadro insólito: una enorme columna de agua y humo que se alzaba 20 metros sobre el mar, acompañado de un estruendo atronador.

Fernando II, rey de las Dos Sicilias, ordenó que el Etna, un buque de guerra, investigara lo ocurrido. Las noticias de suceso también llegaron a Malta, entonces bajo dominio británico. Para que nadie se le adelantara, el vicealmirante británico a cargo de aquella isla, sir Henry Hotham, también despachó varias naves a fin de trazar la posición exacta en las cartas de navegación y averiguar la naturaleza del fenómeno.

Lo que sucedió fue que el 19 de julio de 1831, entre Sicilia y la costa africana había nacido una isla, producto de una erupción de un volcán submarino. El comandante Charles Swinburne, que bordeaba el extremo occidental de Sicilia en el balandro británico Rapad, divisó una columna alta e irregular de humo o vapor de un color blanco intenso, así que se dirigió de inmediato hacia ella. Al caer la noche observó destellos y erupciones en la columna, que se distinguía perfectamente a la luz de la luna. Al amanecer, cuando el vapor se había disipado un poco, apareció ante él un pequeño montículo oscuro a solo unos metros por encima del agua.

En menos de un mes, la isla ya tenía 65 metros de altura y 3,5 kilómetros de circunferencia. Según lo que informó el Malta Government Gazette, este fenómeno suscito gran revuelo en las islas cercanas de tal forma, que acudieron muchas personas.

Entre las mismas se encontraba el profesor Friedrich Hoffmann, un geólogo prusiano que realizaba investigaciones en Sicilia. Se acercó a un kilómetro de la isla, a la que logró ver con increíble claridad. Sin embargo, temiendo por su integridad física, declinó la oferta de desembarcar.

Menos precavido fue el capitán Humphrey Senhouse, quien, según lo que cuentan en las crónicas, el 2 de agosto plantó la bandera británica en la isla y la llamó Graham, por sir James Graham, primer lord del Almirantazgo.

La Universidad de Catania en Sicilia mandó a Carlo Gemellaro, profesor de Historia Natural, a estudiar la isla, a la cual pauso el nombre de Ferdinandea, en honor a Fernando II. Este monarca, sin dejarse amedrentar porque ya ondeara una bandera en ella, la anexionó oficialmente a su reino, pese a encontrarse fuera de aguas territoriales sicilianas.

Los últimos en aparecer fueron los franceses. El geólogo Constant Prévost también colocó la bandera de su país en la isla, a la que llamó Julia en atención al mes del surgimiento. Según sus palabras, con ese gesto quiso anunciar a los futuros visitantes que Francia no deja pasar ni una oportunidad de interesarse por la ciencia.

Las disputas territoriales se recrudecieron. Según un artículo reciente del Times de Londres, Gran Bretaña, Italia y Francia estuvieron al borde de la guerra por esta diminuta porción de tierra.

El conflicto que suscitó el nuevo territorio llamado Julia, Ferdinandea o Graham no duró mucho tiempo. Tras observaciones como la de Friedrich Hoffmann, tras visitar en septiembre el territorio, se verifico que la isla se estaba hundiendo poco a poco y que podía desaparecer en pocos meses.

En diciembre la isla ya se hallaba a pocos metros bajo el agua, lo que la convertía en un peligroso arrecife. Según lo que escribió el vulcanólogo italiano Giuseppe Mercalli:

Todo lo que quedó de Julia se reduce a los nombres aportados por los afortunados viajeros de varios países que fueron testigos de su espectacular formación y desaparición.


La tragedia griega

 La tragedia griega proviene del antiguo ritual llamado ditirambo, que era un sacrificio que se hacia en honor a Dioniso (dios de la vendimia y el vino). Lo que se consideraba más importante en estos rituales era la danza y el canto, interpretados por un grupo de personas. Mientras que las ofrendas del público consistían generalmente en un macho cabrío, que era consagrado a Dionisio

Etimológicamente, la palabra "tragedia" tiene mucho que ver con este ritual. El nombre deriva de "trago día" (del griego "tragos", que significa macho cabrío y de "oda", que significa canto).

Según las fuentes históricas en el siglo VI a.C. un sacerdote de Dioniso, llamado Tespis, que comenzó a cantar solo, estableciendo a sí una relación de "pregunta y respuesta" en donde se realizaba diálogos con el coro. Convirtiéndose, en cierto modo, en el primer actor griego que se tenga registro.

En el año -536 a.C., Tespis gana el primer concurso trágico instituido por Pisístrato para las Grandes Dionisias (fiestas que se celebraban durante los primeros días de abril y que duraban 6 días).  

Tespis reemplazó el pintarrajeo grosero de los coreutas por una máscara de género estucado. Las máscaras representaban las facciones de los distintos personajes. Las más primitivas estaban hechas de corteza de árbol luego de cuero forrado con tela y finalmente, de madera.

Los fabricantes de mascaras eran excelentes artesanos, la abertura de la boca era grande y prolongada como un embudo hecho de cobre. Este formato contribuía a aumentar el volumen de la voz en escena.

Máscara de Dioniso
conservada en el Louvre.

Hubo varias clases de máscaras: cómicas, trágicas y satíricas. Las primeras eran ridículamente toscas, con los ojos bizcos, la boca torcida y las mejillas desvencijadas. Las trágicas eran notablemente grandes, tenían la mirada furiosa, los cabellos erizados y las sienes o la frente deformes. Las satíricas eran las más repugnantes y representaban solamente figuras extravagantes y fantásticas, tales como cíclopes, centauros, faunos y sátiros.

Con las innovaciones que introdujo Tespis, la máscara griega dejó de lado el bestiario fabuloso y la tragedia adquirió un tenor más humano.

Aunque el origen de la máscara fue religioso, su uso sirvió para varios propósitos prácticos. Sin máscaras de distintos diseños le hubiera resultado difícil a un actor representar dos papeles. La boca muy abierta de las mascaras hace suponer que habría permitido el uso de alguna clase de megáfono.
El ropaje con que se vestían en las tragedias hacía que sus personajes pareciesen sombras de otro mundo. Los actores trágicos trabajaban con máscaras, coturno y con ropaje completo.

Tenían que dar una enorme impresión: su movimiento era estudio. Eran extrañas e imponentes figuras que aparecían sobre las tablas elevadas sobre el coturno como si anduviesen con zancos; para completar todo su enorme vestidura se rellenaba de borra o de paja, envueltas en ropas largas y de vivos colores cuya cola arrastraba, con altos peinados postizos y una máscara con la boca tan abierta que parecía como si quisiera tragar a todos los espectadores, tenían que producir forzosamente una gran impresión, que en época romana resultaba repelente o ridícula.

En cuanto a las decoraciones trágicas representaban siempre grandes edificios con columnas y estatuas; las cómicas, casas particulares y ordinarias; las satíricas, lugares campestres, árboles, rocas, aves y, a veces, cabañas.

La maquinaria que se utilizaba se basaba en unas plataformas montadas sobre rodillas; la rápida intervención de los personajes y la aparición de alguna divinidad se obtenían por medio de un artefacto que sujetaba al actor de una cuerda y le permitía suspenderse en el aire; aparición sorprendente, casi prodigiosa, que dio lugar a la locución Deus ex-machina.

El actor griego tenía que ser artista muy habilidoso y versátil. Si bien la mayor parte de sus discursos eran declamados solemnemente, a menudo había un grado considerable de acción violenta y expresión emocional, y  ciertos pasajes líricos tenían que ser cantados con el acompañamiento de un ejecutante de flauta. Los auditorios griegos eran sumamente críticos con la articulación de los actores y con el tratamiento que éstos dieran al texto y exigían que lo siguieran estrictamente.

Los más importantes y reconocidos autores de tragedias que se tiene registro fueron los tres trágicos (EsquiloSófocles Eurípides) que, en diversos momentos históricos, afrontaron los temas más sensibles de su época.

Esquilo se caracterizaba por haber sido quien fijó las reglas fundamentales del drama trágico. Se le atribuye la introducción de máscaras y coturnos. Por otra parte, por él la tragedia empieza a ser una trilogía. Al introducir un segundo actor, hace posible la dramatización de un conflicto. La representación de la tragedia asume una duración definida (del amanecer a la puesta del sol, tanto en la realidad como en la ficción), y en el mismo día se representa la trilogía, en la cual las tres partes están relacionadas con la misma historia.

En el año -268 a.C., el joven Sófocles compite por primera vez en los concursos de las Grandes Dionisias. En donde llega a vencer a Esquilo. Ya que mientras Esquilo representaba más el clasicismo y el arcaísmo griego, Sófocles se inclino más por lo fresco y lo novedoso.

Una de las reformas que introdujo Sófocles fue la introducción de un tercer actor en la tragedia, produciendo así una interrupción en la entonces obligatoria trilogía. También  amplió el número de coreutas de 12 a 15 y redujo el papel del coro a unas intervenciones fijas más uniformes. Pero su mayor innovación se refiere a la concepción de la tragedia como un todo y no como parte de una trilogía. Una de sus obras más conocidas en donde muestra algunos rasgos que él utilizaba es en Edipo Rey.

El último de los tres trágicos es Eurípides quien a diferencia de los otros dos dramaturgos, sus obras trataban de leyendas y eventos de la mitología de un tiempo lejano, muy anterior al siglo V a.C. de Atenas. Pero aplicables al tiempo en la que se las escribió, sobre todo a las crueldades de la guerra.

Unas de las reformas que Eurípides introdujo fue la estructura formal de la tragedia ática tradicional. Mostrando así personajes como mujeres fuertes, esclavos inteligentes y una satelización a muchos héroes de la mitología griega. Por este motivo sus obras parecen ser más modernas en comparación con las de sus contemporáneos, centrándose más en la vida interna y en las motivaciones de sus personajes de una forma antes desconocida para el público griego.


Consejos para la adivinación a través de las tiradas de cartas

A continuación les dejo algunos consejos útiles para aquellos que estén interesados en la adivinación a través de las tiradas de cartas:

  • Aunque sea posible, lo mejor es no realizar una autoconsulta. Lo ideal es que alguien más, guiado por nosotros y nuestros conocimientos, se encargue de mezclar las cartas y repartirlas.

  • Las cartas deben desplegarse sobre una superficie limpia y, si es posible, sobre un mantel blanco.

  • Las barajas como las españolas se emplea habitualmente para numerosos juegos de mesa y en general está al alcance de cualquier persona que esta en la misma casa; es importante que se utilice, entonces, un mazo especial para la adivinación que no sea tocado por otras personas.

  • Para las consultas, es conveniente en un lugar tranquilo, sin ruidos y sin movimientos cercanos o distracciones que pueden perjudicar nuestra concentración. La mayoría utilizan velas y inciensos para concentrarse.

  • Es recomendable mantener un recipiente con agua sobre la mesa, ya que ella absorbe las malas energías del ambiente. Por lo general, las personas que consultan lo hacen porque tienen alguna aflicción o problema por resolver, y vienen cargados de tensión y nerviosismo. El agua nos ayuda a neutralizar estas energías y evita que nosotros mismos absorbamos parte de estas vibraciones. Cuando se suceden varias personas muy negativas, el agua se llena de burbujas. Es por eso que es indispensable vaciar el recipiente todos los días: aunque parezca increíble es muy bueno regar las plantas con esta agua.

  • Es necesario envolver el mazo con un pañuelo de seda de su color preferido, y guardarlo adentro de una caja de madera. La madera sirve para aislar todas las vibraciones del entorno.

  • La consigna que utiliza todo los que practican la tirada de cartas es que siempre “el consultante salga mejor de lo que entró”. Por lo tanto, los mensajes que damos deberán ser positivos y alentadores: en caso de que se encuentre en problemas serios, se debe ser muy cuidados y transmitir las malas noticias con delicadeza.

  • No es recomendable consultar las cartas si se está nervioso, cansado, deprimido o apurado. Se debe tener paz mental para poder recibir los mensajes adecuadamente.

  • Durante el estudio, es conveniente mezclar muchas veces las cartas, para imprégnalas  con nuestra energía personal. Al fin de la consulta, hay proceder a “curar” las cartas, lo que significa que debemos realizar un procedimiento mediante el cual el mazo quede liso para ser utilizado profesionalmente.

  • No es necesario poner las cartas en orden correlativo luego reutilizarlas. Cada vez que se inicia una consulta se deberá mezclar el mazo en presencia del consultante siete veces como mínimo. La intuición es la que nos indica cuando el mazo está listo.

  • Es bueno preguntar el nombre completo y la fecha de nacimiento de la persona y repetirlos mentalmente durante el proceso de mezcla. Cuando se consulta por alguien que está presente, debemos obtener esos datos primeramente y, luego, efectuar la mezcla repitiéndolos. De esta manera, se van programando las cartas para que nos informen acerca de la persona en cuestión.

  • Es muy bueno invocar la guía de alguna entidad espiritual, para que nos ayude a brindar la mejor información posible al consultante. Se pude llamar a alguna presencia religiosa, un maestro espiritual o a Dios para que el encuentro sea sagrado.

  • No hay que obsesionarse ni asustarse ante lo que revelan las cartas. Todo lo que nos presentan y hacen sentir es factible de ser cambiado si empleamos nuestra voluntad y libre albedrío.