Con el transcurso del tiempo, se
fue perdiendo la practica de esta oración y muy pocas personas recurren a ella.
Generalmente es utilizada por las personas más viejas.
Lo primero que se hace es tomar
tres ramitas verdes de árbol, planta de jardín o de cualquier yuyo o pasto y se
ponen en un plato, taza o platillo que tenga un poco de agua, y se cura al
enfermo donde tenga el mal, haciéndose sobre el lugar enfermo una cruz con una
de las ramitas mojadas en el agua y diciendo al mismo tiempo:
“Yo iba por un caminito, me
encontré con San Pedro, me preguntó que tenía y contesté que cobrero. ¿Con qué
se curaría? Respondió San Pedro: con agua de la fuente y rama del monte”
Hecho esto, se tira la ramita y se toma otra de las que se hallan en el agua,
en el plato o cualquier otra vasija y se vuelve a hacer lo mismo, hasta hacer
tres veces; y esto se hará en tres días seguidos, y es probado que sana
radicalmente ya sea la culebrilla de víbora, sapo u otro reptil ponzoñoso.
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